Cambio climático y sistemas de energía

Los eventos climáticos extremos relacionados con el cambio climático ejercerán una presión cada vez mayor sobre las redes de energía eléctrica en formas que nunca antes se habían probado. Según la Evaluación Nacional del Clima de EE. UU. de 2018, “sin adaptación, el cambio climático seguirá degradando el desempeño de la infraestructura durante el resto del siglo, con el potencial de impactos en cascada que amenazan la economía, los servicios esenciales, la salud y el bienestar”. Hace varios años, el experto internacional en T&D y columnista de INMR, Alberto Pigini, discutió el clima y el pronóstico a corto plazo junto con la planificación prospectiva para el diseño de redes bajo la amenaza del cambio climático.


El desarrollo de las redes de energía eléctrica en los últimos años se ha caracterizado por los esfuerzos para hacer que estos sistemas sean más "inteligentes" y, en el proceso, aumentar la confiabilidad a través de información más detallada y precisa. En particular, los datos sobre patrones meteorológicos y climáticos están surgiendo como críticos no solo para planificar y optimizar la generación y los ingresos de fuentes convencionales y renovables, sino también para garantizar la confiabilidad del sistema y la seguridad del personal.


Por ejemplo, los eventos climáticos severos son la causa más común de interrupciones y, en casos como el mantenimiento de líneas vivas, también pueden crear riesgos de seguridad. Además, los aisladores de línea y subestación se encuentran entre los componentes más afectados en estos casos debido a sus funciones eléctricas y mecánicas combinadas.


Se deben considerar dos aspectos distintos con respecto a los parámetros meteorológicos: el impacto en las operaciones diarias y las tendencias a largo plazo relacionadas con el cambio climático en curso.


Clima actual y pronóstico a corto plazo


Históricamente, cada vez que una empresa de suministro de electricidad quería predecir eventos como rayos, los gerentes mantenían un "ojo vuelto hacia el cielo". Hoy en día, con la ayuda de la tecnología satelital y los sistemas de detección de rayos, junto con el modelado avanzado, la "proyección inmediata" e incluso la predicción del clima durante varios días se ha vuelto muy precisa. Tales mejoras en la anticipación de eventos climáticos severos como huracanes, tormentas de invierno y tormentas eléctricas importantes ayudan a la administración de servicios públicos a desplegar cuadrillas y equipos cerca de áreas donde es probable que ocurran daños y ayudar a restaurar la energía lo más rápido posible.


Tener una advertencia anticipada de la posible actividad de rayos y otros eventos similares también ayuda a las empresas de servicios públicos a proteger a las cuadrillas de condiciones de trabajo peligrosas. Además, la ubicación precisa de las descargas, junto con la información sobre la magnitud de la corriente relacionada, ayuda a categorizar mejor las fallas debidas a rayos. Además, la información local detallada sobre parámetros como el viento, los eventos de humectación y la temperatura pueden ayudar a comprender mejor las causas de las fallas no relacionadas con los rayos. Esto puede formar la base para decidir las contramedidas adecuadas destinadas a mejorar la confiabilidad, como limpiar o recubrir los aisladores.


Cambio climático y diseño de sistemas de energía


El diseño de los sistemas eléctricos generalmente se realiza analizando datos históricos para generar una predicción de las tensiones de servicio probables en componentes como los aisladores. Hoy en día, sin embargo, tal enfoque se ha vuelto cuestionable.


De hecho, un informe de evaluación anterior del Protocolo Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) concluyó que ahora es inevitable un cambio climático considerable, incluso si se implementan restricciones agresivas a las emisiones de gases de efecto invernadero. Todavía hay mucha incertidumbre con respecto a la naturaleza, la magnitud y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos a medida que se desarrolla el cambio climático. Pero muchos estudios indican una frecuencia e intensidad crecientes de tales eventos en la mayoría de los lugares, con un potencial evidente de amenazar la infraestructura energética. Por ejemplo, los modelos predicen un calentamiento sustancial en las temperaturas extremas para fines de este siglo, una mayor frecuencia de precipitaciones intensas o la proporción de precipitaciones totales de fuertes caídas y un aumento de la velocidad máxima del viento de los ciclones tropicales, aunque no necesariamente en todas las cuencas oceánicas.


La importancia y actualidad de estos temas se demuestra en el informe especial del IPCC, Gestión de riesgos de eventos extremos para promover la adaptación al cambio climático. A nivel mundial, se tendrán que invertir decenas de billones de dólares en sistemas de energía durante las próximas décadas y muchas de las nuevas instalaciones estarán expuestas a patrones climáticos que cambiarán significativamente durante su vida útil de varias décadas.


El uso de datos meteorológicos y climáticos estacionales actuales e históricos es actualmente parte de la gestión de riesgos diaria por parte de las empresas de servicios públicos y los reguladores de todo el mundo. Sin embargo, en vista de lo anterior, la integración de información prospectiva sobre el cambio climático al tomar decisiones operativas y de diseño se ha vuelto mucho más importante.

 

 

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